domingo, 13 de enero de 2013

Patrañas en tiempos de crisis

Que te cuenten patrañas en tiempos de crisis es indignante, y si las pamemas las difunden los medios de comunicación públicos es un verdadero insulto y una tropelía intolerable. Aquellos que deberían poner todo su empeño en informar y formar a la población con veracidad, empresa para nada reñida con el entretenimiento (Tres 14, Saber y Ganar, Los clásicos, Redes...), parece que prefieren invertir el dinero de nuestros impuestos en programuchos para atraer la atención del incauto y complaciente telespectador. ¿Qué pretenden con ello? ¿Acaso sólo les interesa mantener la audiencia con el fin último de, dada la crisis y la amenaza de cierre de ruinosas televisiones públicas autonómicas y locales, no perder sus puestos de trabajo?

Antonio Muñoz Molina, en su muy recomendable columna "Las dos  culturas" del número de enero de la revista Muy Interesante, que titula Difusores de patrañas, nos dice mordaz:


"Como en épocas de crisis lo más urgente es sentarse a hacer cuentas, habría que saber con exactitud cuánto pagan Canal Sur y Telemadrid por ese programa de los husmeadores o rastreadores de enigmas paranormales, y compararlo con los recortes que está sufriendo en todas partes la investigación científica, y con el deterioro de una enseñanza pública que debería tener la ciencia como su médula para la formación de ciudadanos racionales y críticos".

3 comentarios:

Anónimo dijo...



Totalmente de acuerdo. Es absurdo tener una televisión pública para mantener a Juan y medio.

Molina de Tirso dijo...

Todas esas fábricas de mentiras deberían estar prohibidas por ley ya que mucha gente cree a pies juntillas todo lo que ve en TV. Pitonisos, marcianos y demás son un insulto a la inteligencia etén financiados por la pública o la privada por que al final, sea como consumidores o como contribuyentes, los subvencionamos entre todos. Y los más vulnerables, para quienes la tele son su principal fuente de infmon. por no haber tenido posibilidad de formarse, pierden doblemente.
Saludos

Bernardo Rivero dijo...

Anónimo y Molina de Tirso estoy de acuerdo con vosotros en lo esencial. No creo que haya que prohibir por ley la bazofia televisiva pero sí ponerle todos los impedimentos posibles, incluido el horario de emisión. Sí me parece grave que la televisión pública emita programas que, lejos de formar, confunden a la población o sean de contenidos absolutamente prescindibles (no hay que competir con las privadas por las audiencias sino ofrecer una programación de calidad que, con el tiempo, vaya ganando adeptos, porque la gente no es tonta).

Radio Nacional de España creo que es un modelo de cómo debe ser un medio público ("No es un día cualquiera", "A hombros de gigantes", "Los clásicos", "Siluetas",etc., programas nada aburridos, por cierto). Saludos y gracias.